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sábado, 2 de junio de 2012

To be, or not to be

That is the question.

El cineasta alemán Roland Emmerich ha puesto en cuestión la autoría de las obras de William Shakespeare, atribuyendoselas al noble Edward de Vere, barón de Oxford, en su pélicula Anonymous.

Esta discusión,  no es nueva y recientemente ha resurgido con fuerza. El órdago lo han lanzado los actores Derek Jacobi, que en su larga carrera ha encarnado a personajes del famoso dramaturgo como Hamlet, y Mark Rylance, ex director artístico del Globe Theatre, la conocida réplica del teatro original de Shakespeare en Londres.

Jacobi y Rylance han divulgado este fin de semana la denominada "Declaración de Duda Razonable" sobre la identidad del Bardo de Avon (1564-1616), como también se conoce al autor de clásicos como Otelo , Romeo y Julieta, o Hamlet.

Para mi, lo más importante es la obra, y a estas alturas me parece innecesario entrar en la polémica. Asi que dedicaré el post a Hamlet.

La tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca (título original en inglés: The Tragedy of Hamlet, Prince of Denmark), o simplemente Hamlet, es probablemente la pieza teatral más famosa de la cultura occidental y una de las obras literarias que ha originado mayor número de comentarios críticos. Hamlet, tragedia  escrita por el dramaturgo inglés William Shakespeare, fue probablemente compuesta entre 1599 y 1601. La obra transcurre en Dinamarca y relata cómo el príncipe Hamlet lleva a cabo su venganza sobre su tío Claudio. La venganza se motiva en que Claudio asesinó al padre de Hamlet, el rey, y ostenta la corona usurpada así como el matrimonio con Gertrudis, madre de Hamlet. La obra se traza vívidamente alrededor de la locura, tanto real como fingida, y el transcurso del profundo dolor a la desmesurada ira. Además, explora los temas de la traición, la venganza, el incesto y la corrupción moral.


He seleccionado una pequeña parte, aunque magistral. El soliloquio de Hamlet en el Tercer Acto,
Primera Escena.

HAMLET:
To be, or not to be--that is the question:
Whether 'tis nobler in the mind to suffer
The slings and arrows of outrageous fortune
Or to take arms against a sea of troubles
And by opposing end them.
To die, to sleep--No more--
and by a sleep to say we end
The heartache, and the thousand natural shocks
That flesh is heir to. 'Tis a consummation
Devoutly to be wished. To die, to sleep--
To sleep--perchance to dream: ay, there's the rub,
For in that sleep of death what dreams may come
When we have shuffled off this mortal coil,
Must give us pause. There's the respect
That makes calamity of so long life.
For who would bear the whips and scorns of time,
Th' oppressor's wrong, the proud man's contumely
The pangs of despised love, the law's delay,
The insolence of office, and the spurns
That patient merit of th' unworthy takes,
When he himself might his quietus make
With a bare bodkin? Who would fardels bear,
To grunt and sweat under a weary life,
But that the dread of something after death,
The undiscovered country, from whose bourn
No traveller returns, puzzles the will,
And makes us rather bear those ills we have
Than fly to others that we know not of?
Thus conscience does make cowards of us all,
And thus the native hue of resolution
Is sicklied o'er with the pale cast of thought,
And enterprise of great pitch and moment
With this regard their currents turn awry
And lose the name of action. -- Soft you now,
The fair Ophelia! -- Nymph, in thy orisons
Be all my sins remembered.




Ahora la traducción, entre las que he podido encontrar en Google, es la que mas me ha gustado, y además no está atribuida a nadie en concreto.

HAMLET:   
Ser o no ser, todo el problema es ése
¿Qué es más noble al espíritu, sufrir
golpes y dardos de la airada suerte,
o tomar armas contra un mar de angustias
y darles muerte combatiendolas?
Morir; dormir; no más; y con un sueño
dar fin a la congoja y sobresaltos
que la carne heredó, consumación
que se ha de desear. 
Morir, dormir, dormir, tal vez soñar: ese es el caso:
Porque el pensar que sueños trae la muerte
ya desprendidos del mortal estorbo
nos ha de contener. Ese respeto
larga existencia presta a mi fortuna
Pues ¿quién sufriera el azotar del mundo
o al opresor, la afrenta del soberbio,
la hiel del huido amor, la tarda ley,
la insolencia del cargo y los desprecios
que al mérito le ofrece el hombre indigno,
cuando por sí se diera su descanso
con un simple estilete? ¿Quién querría
lamentarse y sudar toda una vida,
sin el temor de algo tras la muerte,
esa ignota región de cuyos límites
ninguno vuelve, que turba la mente,
y hace nos soportar los males ciertos
y no volar a otros ignorados?
La conciencia nos vuelve así cobardes
y así el matiz de la resolución
desmaya el suave tinte de la idea
y las empresas de rigor y empeño,
ante el temor, su curso tuercen pronto,
y dejan de tener nombre de acción...

 Parte de la información obtenida de Wikipedia y del página www.conocereisdeverdad.org

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