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jueves, 7 de marzo de 2013

Año Jacobeo de 1993

El año 1993 fue año Jacobeo y en el mes de agosto se nos ocurrió ir a Santiago de Compostela a rezarle a Santiago. Las fechas eran complicadas, agosto y Año Jacobeo, pero llamé al Hostal de los Reyes Católicos, Parador de Turismo, y milagro, pude reservar una de las pocas habitaciones disponibles. Tenían una suite, pero para tan pocos dias no era un gran problema. Elena debía estar en Canarias o por Europa con Interrail, no recuerdo bien, asi que Ana, Marta y yo, el martes 10 de Agosto, hicimos un pequeño equipaje, y  nos fuimos en coche a Santiago de Compostela, largo viaje pero todavía éramos jovenes.

Panorámica de Santiago de Compostela.

Fachada del Hostal de los Reyes Católicos en la Plaza del Obradoiro.

Marta, recien llegados al Parador.

Marta y Ana. Una vez instalados nos fuimos a conocer la ciudad.

Como cosa curiosa añadiré que a partir del año siguiente me nombraron Consejero Delegado  de TAU, (Técnica de Aparcamientos Urbanos, S.A) del Grupo Acciona, que tenía, entre otros, tres aparcamientos en Santiago (San Clemente, Horreo y San Cayetano) y tuve que viajar alli todos los años, hasta 1999 en que deje el cargo. Recuerdo con mucho cariño al grupo de personas que trabajaban en todas las ciudades en nuestros aparcamientos. Muy buena gente. En Santiago estaba Javier Alcalde, muy eficaz, al igual que Juan su segundo.

Santiago de Compostela, la antigua Libredon celta, es una ciudad muy agradable, de tamaño medio-bajo,  tiene hoy alrededor de 95.000 habitantes, pero en su universidad se matriculan 30.000 alumnos cada año, con lo que es evidente que la ciudad debe ser alegre y juvenil. Se pude ir caminando a todas partes, tiene muy buenos restaurantes y sus calles y edificios forman un entorno precioso. Un único inconveniente, llueve demasiado.

A la puerta de una tienda con el nombre de Libredon. Al fondo la Catedral.

Callejeando por la ciudad.

La hora del aperitivo.

Marta con su concha de peregrino que no se quitó en todo el viaje.

Despues de comer y de una buena siesta, ya que habiamos madrugado mucho para salir temprano, estuvimos visitando el Parador, que es un edificio excepcional, y junto con el Parador de San Marcos en León y el Parador de la Alhambra en Granada son los tres mejores, sin la menor duda.

Ana y Marta en el Patio central del edificio.

Ana el el ventanal de la suite que daba al patio contiguo.

Aproximando la imagen.

Ana y Marta, junto a la fuente en otro patio.

Ana.

Yo mismo.

A la mañana siguiente, día 11, visitamos la catedral, repleta de peregrinos, oimos misa y pudimos ver el espectáculo del movimiento pendular del botafumeiro, que es impresionante y da la sensación de que se va a soltar y a aplastar a un montón de gente. Por supuesto que al entrar pudimos tocar el pie izquierdo del Santo como debe hacer todo buen peregrino

Fachada principal de la Catedral (foto de Internet)

El Pórtico de la Gloria. Ua obra de arte maravillosa del Maestro Mateo. (imagen de Wikipedia).

Santiago el Mayor que preside en el centro de la fachada la Plaza el Obradoiro.
(Fotografía de Bernt Rostad)

 Portico sur junto a la Plaza de Platerias. (fotografia de theyearofthedragon, Wikipedia)

Terminada la visita, decimos ir a los edificios de la Xunta de Galicia en San Cayetano para buscar en la Consejeria  de Turismo un ejemplar del libro Amigos de la Cocina Gallega que habían vuelto a editar con motivo el Año Jacobeo. Me lo había enseñado mi hermano Fernando, que había estado en Galicia por motivos de trabajo y se lo regalaron en un restaurante de los que esponsorizaban la edición, y era un buen libro desde el punto de vista gastronómico.

Despues de darnos una buena caminata nos informaron que los que distribuian el libro eran los restauradores a sus clientes. En Santiago de Compostela estaba el Restaurante Casa Vilas en la Avenida de Rosalia de Castro, al otro lado de la ciudad, y allá que nos fuimos. Comimos bien y conoci a uno de los dueños al que le pedimos un ejemplar. Tuvo la amabilidad de regalárnoslo y nos lo dedicó

Portada del libro Los Amigos de la Cocina Gallega y dedicatoria del Sr. Vilas.

Después de tanto ajetreo volvimos al parador a descansar y al anochecer salimos de paseo por las calles cercanas, donde hay muchísimos bares y restaurantes. Paseamos y después de tomar las típicas raciones nos volvimos a dormir.

Al dia siguiente, último dia completo debiamos dedicarlo  a ver todo lo posible del resto. Asi que nos lanzamos  a la calle de nuevo.
 
Imagen del Palacio de Rajoy en la Plaza el Obradoiro.  He utilizado una imagen tomada de Fotopedia realizada por Maradentro, porque las que yo hice están llenas de gente y  no se ve 
nada del edificio.

Calle con soportales,  típica de Santiago de Compostela (Fotografía de Raúl A.)


Otra imagen de la fachada del Parador

Los tres juntos. Gracias a un vecino amable.

Ana delante de un edificio oficial que ahora no reconozco.

En los aledaños del Obradorio, unos músicos en la calle interpretaban la
 pieza Eine Kleine Nachtmusik de Mozart, muy agradable en aquel ambiente.

Los músicos actuando. Creo recordar que eran franceses.

Plaza de Toural en las cercanias de la Catedral.

Para despedirnos de Santiago de Compostela dos imágenes nocturnas de la Catedral que es sin duda el edificio más importante de la ciudad, y más aun en un año como el 1993 que fue año Jacobeo.

Fachada de la Catedral. Preciosa imagen.

La fachada que se ve desde la Plaza de Platerias.

El dia 13 salimos sobre las 10:00 am de Santiago de Compostela con destino a Sanxenxo con la pretensión de permanecer un par de dias al sol bañandonos en el Océano Atlántico. Llegamos en menos de una hora y hacía un dia espléndido.


Ana y Marta en el Paseo Marítimo de Sanxenxo

Marta deseando bañarse.

Después de esperar un poquito, para hacer la digestión del desayuno, Marta se metió al agua, y antes de un minuto salió corriendo diciendo que el agua y ella, estaban heladas, que no se podía uno bañar. Me pareció un poco  exagerado y fui hacía el agua para comprobarlo, solo meti una pierna hasta la pantorrilla, y la sensación era que el agua la cortaba. Muy desagradable. Esos son loa inconvenientes de estar acostumbrados al Mediterráneo. En ese momenrto decidimos que lo mejor era volver a casa. Y partimos hacía Orense, donde paramos a comer en otro conocido restaurante, San Miguel. Tambien formaba parte de los Amigos de le Cocina Gallega.

 Caminando hacía el restaurante en Orense.

El resto fue cuestión de paciencia, un poco antes de las 21:00 llegamos a Majadahonda, algo cansados, pero con la bendición y el perdón de los pecados que conlleva la asistencia al Jacobeo. ¡No está mal!

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