El post del pasado 24 de enero titulado El Greco. Cuarto Centenario lo dediqué a comentar la celebración que se producirá a lo largo del año en variós lugares del mundo, y que tendrá espacial importancia en Toledo.
En esa ciudad tendrá lugar la magna exposición en conmemoración del IV Centenario de la muerte del Greco que supondrá un hito en la historia del pintor y de Toledo: la importante reunión de cuadros del artista que se ha programado para 2014 abarcará un gran parte de su obra, que llegará de todos los rincones del mundo reuniendo más de un centenar de sus pinturas.
Hoy cambiaré el criterio de selección de las obras, en vez de elegir un periodo concreto, como hice en el post citado, lo dedicaré a sus retratos. Y aunque no es propiamente un retrato, comenzaré por su pintura más famosa El entierro del Conde de Orgaz en el que retrata de forma magnífica la espiritualidad de todos los personajes.
El mismo año 1572 pinto a Carlos de Guisa, Cardenal de Lorena. Sentado ante una mesa con la mirada pensativa cn una mano sobre el hábito y la otra en un libro. En la ventana sobre la mesa hay un enimático papagallo, según alguna interpretación podría ser Papa gallus o Papa francés, que haría honor al prestigio de este prelado al que Pío IV llamaba el segundo papa. El retrato está tratado a la manera veneciana.
En el año 1576 pinto el retrato de Vincenzo Anastagi caballero de Perugia y combatiente contra los turcos en el asedio de Malta en 1565, es representado con la coraza y con unos calzones de terciopelo verde. En el suelo está el casco. Se trata de una representación todavía siguiendo los canones venecianos. Este retrato, conservado en el Kunsthaus de Zúrich, fue recientemente atribuido al pintor y hasta entonces había sido atribuido a Tintoretto.
El siguiente, La dama del armiño es un cuadro controvertido y gran parte de la crítica duda de la autoría de El Greco aunque se sigue manteniendo en catálogo. Es insegura la identidad de la retratada que podría ser Jerónima de las Cuevas, compañera del pintor, o Catalina Micaela (1567-1597) segunda hija de Felipe II.
Panorámica de Toledo (Fotografia de Minerva Bloom)
En esa ciudad tendrá lugar la magna exposición en conmemoración del IV Centenario de la muerte del Greco que supondrá un hito en la historia del pintor y de Toledo: la importante reunión de cuadros del artista que se ha programado para 2014 abarcará un gran parte de su obra, que llegará de todos los rincones del mundo reuniendo más de un centenar de sus pinturas.
Hoy cambiaré el criterio de selección de las obras, en vez de elegir un periodo concreto, como hice en el post citado, lo dedicaré a sus retratos. Y aunque no es propiamente un retrato, comenzaré por su pintura más famosa El entierro del Conde de Orgaz en el que retrata de forma magnífica la espiritualidad de todos los personajes.
El entierro del Conde de Orgaz (1588)
Torre de la Iglesia de Santó Tomé en la que se encuentre el famoso cuadro.
El Greco fue retratista desde sus comienzos de su estancia en Italia y durante todo el periodo español sus retratos están llenos de maestría. Es evidente que la composición y el estilo están aprendidos de Tiziano, la colocación de la figura, normalmente de medio cuerpo y los fondos neutros. Sus mejores retratos, ya en su madurez en Toledo, siguen estos criterios
Era capaz de representar los rasgos del modelo y de transmitir su carácter. Sus retratos, menores en número que sus pinturas religiosas, son de una altísima calidad. Wethey dice que «por medios simples, el artista creaba una memorable caracterización que le coloca en el más alto rango de los retratistas, junto a Tiziano y Rembrandt»". (Wikipedia).
En el año El Greco 1570 llegó a Roma procedente de Venecia y fue presentado al cardenal Farnesio por el miniaturista Giulio Clovio, conservándose la carta de presentación elogiosa de Clovio al cardenal, en la que ya destacaba en ella las dotes de retratista de El Greco. En el cuadro de 1572 se ve al miniaturista con el Libro de Horas de la Virgen, ilustrado por él para el cardenal en 1546. Clovio, vestido sobriamente, mira al espectador señalando su libro ante una ventana con un paisaje. Recuerda a Tiziano y Tintoretto en la colocación de la figura ante una ventana con paisaje.
Era capaz de representar los rasgos del modelo y de transmitir su carácter. Sus retratos, menores en número que sus pinturas religiosas, son de una altísima calidad. Wethey dice que «por medios simples, el artista creaba una memorable caracterización que le coloca en el más alto rango de los retratistas, junto a Tiziano y Rembrandt»". (Wikipedia).
En el año El Greco 1570 llegó a Roma procedente de Venecia y fue presentado al cardenal Farnesio por el miniaturista Giulio Clovio, conservándose la carta de presentación elogiosa de Clovio al cardenal, en la que ya destacaba en ella las dotes de retratista de El Greco. En el cuadro de 1572 se ve al miniaturista con el Libro de Horas de la Virgen, ilustrado por él para el cardenal en 1546. Clovio, vestido sobriamente, mira al espectador señalando su libro ante una ventana con un paisaje. Recuerda a Tiziano y Tintoretto en la colocación de la figura ante una ventana con paisaje.
Retrato de Giulio Clovio (1572)
El mismo año 1572 pinto a Carlos de Guisa, Cardenal de Lorena. Sentado ante una mesa con la mirada pensativa cn una mano sobre el hábito y la otra en un libro. En la ventana sobre la mesa hay un enimático papagallo, según alguna interpretación podría ser Papa gallus o Papa francés, que haría honor al prestigio de este prelado al que Pío IV llamaba el segundo papa. El retrato está tratado a la manera veneciana.
Retrato de Carlos de Guisa, Cardenal de Lorena (1572)
En el año 1576 pinto el retrato de Vincenzo Anastagi caballero de Perugia y combatiente contra los turcos en el asedio de Malta en 1565, es representado con la coraza y con unos calzones de terciopelo verde. En el suelo está el casco. Se trata de una representación todavía siguiendo los canones venecianos. Este retrato, conservado en el Kunsthaus de Zúrich, fue recientemente atribuido al pintor y hasta entonces había sido atribuido a Tintoretto.
Retrato de Vincenzo Anastagi (1576).
El resto de retratos pertenecen al período español, desde 1577 hasta su fallecimiento en 1614 , Su etapa completa en Toledo.
La primera imagen coresponde a una obra temprana, recién llegado a España. Se deduce
de su factura próxima a los modos venecianos y por estar firmado en
mayúsculas, según su costumbre en los primeros años en España. Se trata de El caballero de la mano en el pecho, uno de los retratos más importantes de El Greco y símboliza el prototipo de caballero español del Renacimiento. La rica espada, la mano en el pecho llevada con gesto solemne, la relación que el caballero establece con el espectador mirándole a los ojos, convirtieron a este retrato en la referencia de las consideradas esencias de lo español, del honor de la vieja Castilla, de la hidalgía y de las virtudes cristianas.
Retrato del caballero de la mano en el pecho (1580)
El siguiente, La dama del armiño es un cuadro controvertido y gran parte de la crítica duda de la autoría de El Greco aunque se sigue manteniendo en catálogo. Es insegura la identidad de la retratada que podría ser Jerónima de las Cuevas, compañera del pintor, o Catalina Micaela (1567-1597) segunda hija de Felipe II.
Retrato de la dama del armiño (1580)
Retrato de un caballero de la Casa de Leiva (1580)
Retrato de caballero anciano (1587)
Retrato del médico. Dr. Don Rodrigo de la Fuente (1588)
Retrato de un fraile trinitario o dominico (1592)
Retrato de mujer (1595)
Autorretratode El Greco (1600)
El personaje representado en el siguente cuadro es Fernando Niño de Guevara, cardenal Arzobispo de Sevilla y miembro de la Inquisición. La mirada es fría y recelosa, destacada por las gafas y acentuada por la inmovilidad de la pose
Retrato del Cardenal Fernando Niño de Guevara (1600)
Retrato del Poeta Don Alonso de Ercilla y Zúñiga (1600)
Retrato de Antonio de Covarrubias y Leiva (1602)
Jorge Manuel Theotocópuli era hijo natural de El Greco y de Jerónima de las Cuevas. Nació en Toledo en 1578, y ya lo había retratado siendo niño en El entierro del Conde Ogaz, en la parte inferior izquierda señalando el milagro.
El joven, de aproximadamente 20 años, es retratado con grandes ojos
llenos de vida y con la paleta de pintor en la mano, oficio aprendido de
su padre y con el que colaboró en su taller de Toledo, terminando a la
muerte de su padre muchos de los trabajos empezados. Aparece con jubón
negro y gorgera a la moda representado como un caballero.
Retrato de Jorge Manuel Theotocópuli (1603)
El fraile sentado, despeinado, dirige la vista fuera del cuadro con una cierta asimetría en sus ojos. Las manos, una apoyada en el respaldo y la otra con dos libros, el grande seguramente de retórica y el pequeño de poesía. En este retrato de gran naturalidad el pintor refleja el carácter, el estado de ánimo y la cultura del fraile por medio de sus rasgos faciales y sus gestos.
Retrato de Fray Hortensio Félix Paravicino ( 1609)
Retrato de Francesco de Pisa (1610)
Retrato de Jerónimo de Ceballos (1613)
Llama la atención la palidez cadavérica del rostro flaco y huesudo, representado post mortem utilizando una máscara mortuaria realizada por Alonso Berruguete y que se encontraba en el hospital. El retrato funerario recuerda ejemplos análogos del renacimiento italiano, en los que la acentuada palidez del retratado aludía al fallecimiento del retratado.
Retrato del Cardenal Tavera (1614)
Los tres últimos lienzos correspoden a obras que no he podido datar por falta de información
Caballero joven
Un caballero
Un caballero
Concluyo el post con un video encontrado en YouTube sobre El entierro del Conde de Orgaz, obra cumbre de Domenikos Theotokopoulos El Greco
(La información que figura en algunos de los cuadros está tomada de las páginas de Wikipedia)
El Greco, el maestro del manierismo. A pesar de ser un estilo artístico puramente italiano hay quienes lo adoptaron como suyo. Así como El Greco, Gabino Amaya Cacho, Bronzino, Andrea del Sarto y muchísimos más. Un abrazo.
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