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domingo, 29 de abril de 2012

El vacio

Transcribo el artículo que Lorenzo Silva publica en la sección cultural del periódico "El Mundo" de hoy mismo, que me ha gustado muchisimo.


"Nuestro hombre, aunque consagra su vida profesional al balompié, tiene la costumbre de leer periódicos que no son deportivos y de dedicar algunos instantes de su existencia a analizar la realidad que le rodea y excede de los avatares del balón. Por eso comienza el día enterándose de que Standard & Poor's acaba de rebajar otros dos escalones la calificación de la deuda soberana española, empujándola a muy poca distancia ya de la nota que convierte el papel de crédito en papel mojado o, por decirlo de esa manera cruda que tiene la ventaja y el inconveniente de que todo el mundo la entiende, en bonos basura.

No deja de ser lógico, después de conocerse la eliminación de la Champions del Real Madrid y el FC Barcelona. Si fracasan estas dos empresas, las dos únicas con pasaporte español realmente punteras en lo suyo, los dos únicos proyectos empresariales españoles en que se invierten recursos cuasi ilimitados, tanto privados como públicos (en forma de atención desmedida de cadenas de radio y televisión sostenidas con fondos del contribuyente, recalificaciones urbanísticas cuando conviene y otros auxilios directos e indirectos), queda de manifiesto que el país ya no tiene remedio. Agotado su último cartucho para mantener la autoestima, la salva en la que se apostaba toda la pólvora, no le queda otro futuro que la decadencia absoluta. Dándose mal, bien podría materializarse con una eliminación de la Roja en cuartos de la Eurocopa, momento en que los de S&P le impondrán a la deuda española la etiqueta de desperdicio y la arrojarán al contenedor donde se apilan los títulos expedidos por griegos, portugueses o irlandeses. Que los dos atletis se disputen una copa europea de segundo orden no va a impedirlo.

No es, seguramente, el mejor día para que nuestro hombre haga el anuncio que se dispone a hacer. De hecho, cuando la noticia salta a los medios, el IBEX, empujado además por el último recuento de parados (5,6 millones, más del 50% de los jóvenes) anda en pleno ejercicio de espeleología en busca de simas nunca antes vistas, mientras la prima de riesgo explora más allá de las nubes. Lo que tampoco deja de ser lógico, teniendo en cuenta que mide la diferencia con el bono alemán y ha sido el Bayern, que no otro, el que le ha doblado las rodillas al Real Madrid asándolo a penaltis sobre el césped del Bernabéu.

Pero esto es lo que hay. Nuestro hombre se siente vacío y ya no puede más. Ha tirado hasta aquí y la cuerda ya no tiene más recorrido. Tras demorarlo todo lo que pudo, ha llegado el momento de explotar, aunque sus muchachos tengan que acudir chorreando diazepam a la final que todavía les queda, la de la Copa que este año no dará el rey, entretenido con sus propios descalabros (a perro flaco, ya se sabe). Le duelen sus miradas extraviadas, melancólicas, en algún caso estupefactas. Cómo se puede pasar, así, tan de golpe, de ser el 'Dream Team' a convertirse en una peña de desahuciados a quienes no les sale nada a derechas; de hundirles la moral a todos los enemigos a base de regates inverosímiles y 'hat-tricks', a ser quienes, como diría Clint Eastwood, le alegran el día a todo el que se pone delante

Por eso, quizá, prefiere expresarlo cargándoselo todo encima. "Me he vaciado", declara, en un ejercicio de autoinmolación digno del Nazareno que siempre acechó tras sus ojos tristes. Es el último servicio que puede prestarles, a una afición, una ciudad, un equipo y un país al que no conviene decir, porque sería demasiado doloroso, en medio del vendaval de plomo y fuego que les llueve encima, la fea, honda e inaplazable verdad

Esa que proclama que más allá del hombre que se echa al hombro la cruz, son todos los demás, los que lo miran caer y lo miraban ganar, los que han arrojado al vacío sus vidas."






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