Páginas

viernes, 27 de julio de 2012

Sant Celoni

El año 2002, para completar un año lleno de viajes, con varias bodas, y el nacimiento de Lucía, mi primera nieta, se me ocurrió, a primeros de septiembre, llevar a Ana a pasar unos días en Sant Celoni. Para ello había dos motivos.

El primero era puro capricho. Invitarla  a cenar en el Restaurante El Raçó de Can Fabes, de Santi Santamaria (q.d.e.p.), en Sant Celoni, que yo ya conocía, pues en unos de mis viajes de trabajo a Barcelona, en el tema de aparcamientos, a alguien se le ocurrió que comiéramos en dicho restaurante, y me gustó mucho. Siempre he deseado que Ana conozca ese tipo de sitios, para que nuestras experiencias sean parecidas y podamos opinar con el mismo conocimiento.

El segundo una obsesión. Navegando en Internet, unos meses antes, encontré fotografías de una pequeña iglesia románica en un pueblo de Gerona, en la parte occidental del Parc Natural del Montseny. Se trataba de Espinelves, y el edificio  me quitaba el sueño, por su sencillez y su belleza.

Asi que juntando los dos motivos no había mas remedio que hacer un pequeño viaje, y lo preparé en cuatro etapas. porque nunca me ha gustado conducir distancias diarias superiores a los 500 km.

1ª) De casa a Alcañiz, 464 km, con alojamiento en el Parador Nacional. 2ª) De Alcañiz a Sant Celoni, 306 Km. Alli reservé alojamiento en el Hotel Suis situado en la Plaza del Ayuntamiento, que estaba a un paso del Racó de Can Fabes. 3ª) De Sant Celoni a Soria, 488 Km, en el Parador Nacional, y 4ª) de Soria a Majadahonda, 250 km, y vuelta a casita.

En este post comentaré nuestra estancia en Sant Celoni, a la que llegamos  a media mañana del dia 18 de septiembre, y las excursiones que hicimos, asi como el resultado de nuestra aventura gastronómica.

Me apoyaré en algunas fotografías que tomé en el viaje, pues con independencia de su calidad aportan verosimilitud al relato.

Nada más llegar, fuimos al Hotel Suis, cuyo aspecto exterrno era deplorable, pero una vez que vimos las habitaciones, limpias y con muebles recientes, decidimos aceptarlo. El precio era razoble y no había otra altenativa. Hoy dia el restaurante ha cambiado de nombre , pasando a llamarse Restaurante Can Fabes, y además tienes la opción de alojarte, con reserva previa, en sus propias instalaciones hoteleras, solo paras clientes.

Despues de comer en un restaurante en la misma Plaça de la Villa (Plaza del Ayuntamiento), que nos pareció excelente, y un poquito de descanso, decidí que pasaáramos la tarde en la costa.

Desde Sant Celoni a Arenys Mar hay solo 20 Km. Siendo yo muy pequeño, con cinco años, mis padres nos  llevaron a Canet de Mar, en tren desde Alcazar de San Juan, y debimos tardar 20 horas. En Canet de Mar vivian y trabajaban, tres tios mios, hermanos de mi madre, y sus esposas, o esposo. Mi Tia Pepita  y su marido Vicente,  que tenian una hija, Estrellita, de la edad de mi hermano Fernando, cuartro años menor que yo. Mi tio Eustaquio (q.e.p.d.) y su esposa Aurora, y mi tio Sexto, que, creo recordar, aún no estaba casado.

 Ana, en la playa de Arenys, obnubilada, pues el mar le gusta con locura.

 Disfrutando del sitio.

 Realmente el mar en un fantástico tranquilizante.

Después fuimos a Canet de Mar, muy cerca, pero fué un terrrible fracaso. Después de cincuenta años, ya nada era lo que era, y no logré identificar nada. Buscando, pregunté a un señor de edad, sobre un castillo, que yo recordaba en  mi memoria, en cuyos aledaños jugábamos por las tardes en aquel viaje. Me miró con una sonrisa, con pena en su mirada. Y contestó. -Ahora es una propieda privada y no se puede visitar. Nisiquiera lo podrá ver, pués el solar tiene una cerca muy alta que impide la visibilidad-.

Volvimos a Arenys, tomamos unas cervezas, con unas raciones y regresamos a Sant Celoni.


 Ates de ir a dormir, fuimos a localizar el famoso restaurante. El Raçó de Can Fabes, que estaba cerquísima del hotel.

 Ayuntamiento de Sant Celoni, en la Plaça de la  Villa. Desierta a esa hora temprana.

El dia 19 nos levantamos temprano, y despues de desayunar nos pusimos en camino. Para llegar a Espinelves debiamos atravesar todo el Parc Natural del Montseny. El circuito completo hasta regresar a Sant Celoni era aproximadamente de 90 km. Y debiamos pasar por Campins, Santa Fe del Montseny, Espinelves, Viladrau, Seva, Brull, Montseny, Santa Margarida y Sant Esteve de Palautordera. Hasta la hora de la cena teniamos todo el tiempo del mundo, y decidimos ir con toda tranquilidad y parando cuando se nos antojase.

A primera hora había algunas nieblas, pero el dia estaba estupendo.


 Parada antes de entrar en la zona boscosa, cerca de Campins.


Edificio de servicios del Parc Natural del Montseny.


Llegada a Espinelves. El pueblo no llega a 200 habitantes.

Paseando por el pueblo.

Callejeando con la iglesia al fondo.

Perfecto edificio románico. San Vinceç de Espinelves.

Detalle del Campanario.


La iglesia estaba vacia, y en la puerta de acceso había un dispositivo  de monedas, para iluminarla temporalmente. Además se oía música, barroca.

El Cristo, en una de las pequeñas capillas.

En su interior, la sensación era muy agradable, asi que estuvimos un buen  rato.


Al lado derecho junto al altar, una mesa de piedra, donde habia flores frescas y una enorme hogaza de pan. Alguien las habría llevado a primera hora del dia.

Después estuvimos por el pueblo, y visitamos un local, bar restaurante y tienda de productos típicos de la zona. Gran amabilidad de todas las personas con las que tuvimos que tratar.

Estos dias he visto un reportaje en la tele, hablando de Espinelves. Parece ser que es un centro de venta de abetos en las Navidades, y llega muchísima gente desde Barcelona para adquirir los arbolitos que se deben cultivar en terrenos del Parc Natural el Montseny.

Parada en el Brull. Iglesia de Sant Martí, y un edificio en el que encontramos un librería. Muchos libros dedicados al Parc Natural del Montseny, pero tambien, sobre la comacarca del Vallés y otros temas de interés. Yo compré uno sobre las setas, y su tratamiento culinario. Muy bueno.

 Al llegar al pueblo de Montseny, ya teniamos apetito y paramos para comer y tomar unas cervezas.


 Vistas desde el restaurante.

Preparados para contiuar el paseo.


El Parc Natural del Montseny es precioso y cuenta con una variada vegetación, muchas especies de árboles y una fauna abundante, aves y mamiferos. La visita mereció la pena.

 Ya en Sant Celoni, en una terraza, haciendo tiempo hasta la hora de la cena.

 Calles alrededor de la Plaça de la Villa.

 Alfie

 Iglesia de San Martí de Sant Celoni.

 Detalle de la fachada

El interior de la iglesia.

El dia terminó con la cena en el Raçó de Can Fabes, que fué lo peor del viaje. Nos colocaron en una mesa para dos junto a una ventana al exterior del que nos separaba un muro de piedra sin revestir. La zona de la ventana estaba limitada por un arco de pequeña altura, con el que podiás golpearte en la cabeza si te levantabas sin tener cuidado. Era incomodo y no pudieron, o no quisieron, cambiarnos, porque estaba todo lleno, Un servicio lento, y la cena nada excepcional. Nada que ver con lo que yo habia tomado en la otra ocasión anterior. De precio no digo nada por que era previsible que fuera carísimo. De todas formas la relación calidad/precio muy baja. Este tipo de restaurantes tan premiados y tan famosos, llega un momento que se echan a perder, se convierten en puro negocio y se olvidan de los clientes. No se que  ha cambiado con el fallecimiento de Santi Santamaria (q.e.d.p,), Ahora se llama Restaurante Can Fabes. Deseo que todo les vaya bien, por los clientes. ¡Claro está!.

En resumen, un viaje muy agradable, con la espinita clavada del restaurante,

No hay comentarios:

Publicar un comentario