Ayer sábado se marchó Marta, agotadas sus vacaciones, de vuelta hacía su casa en Boadilla del Monte. El día amaneció esplendido, y un poco antes de las 10:00, con Lola en su cubículo, bien instalada, partió de regreso. Alrededor de las 15:00 ya estaba en Madrid. Escaso tráfico y buen tiempo le facilitaron el viaje, aunque viajar solo largas distancias siempre es mas complejo.
Aqui en Jávea, se fue estropeando el día y el cielo se cubrió de nubes, aunque la temperatura estaba cerca de los 30º. Esta semana pasada el tiempo ha estado irregular, pero, en general, bueno, y aunque anunciaron lluvias, no ha caido ni una gota.
Marta se vino a pasar la semana con nosotros, el domingo 16. Puesto que Antuan estará en Mexico. D.F. unas semanas por motivo de trabajo, y ella tenía unas semana de vacaciones pendiente, decidió venir, por supuesto, acompañada de Lola.
Pienso que habrá disfrutado de su estancia en Jávea. Sol, buenas temperaturas, baño, paseos, y mucha tranquilidad, harán que regrese hoy a su trabajo (empieza el año laboral con guardia) en el hospital mucho mas relajada.
Ahora muestro algunas fotografías de estos dias, aunque he de admitir que el viernes 21, tuvimos una pequeña discusión sobre el uso de las mismas en la red. El derecho a la intimidad y esas cosas. Ana dice que Marta y yo somos iguales. Un caracter excesivamente fuerte y exigente, propenso a la discusión. Es posible que sea verdad, pero creo que hay una diferencia muy importante. Yo no necesito clac, y me importa muy poco la opinión de la gente, con las lógicas excepciones. También es cierto que la edad cura el espanto. Por tanto, pelillos a la mar. Todos podemos tener nuestras opiniones, si no seríamos clones.
Desde que vinimos el día 4, hasta hoy, este viaje siempre lo recordaré por los hibiscos. Ana ha tenido, de forma permanente, el apartamento, con flores. En esta caso hibiscos.
Flores de hibisco o malvarrosa, cada flor dura solamente un dia, pero aparecen, constatemente, nuevos
capullos durante la éposa de la floración.
Ana desayunando y Lola reclamando su atención. (Lunes 17)
Lola y sus juguetes. (Lunes 17)
A Lola le encanta bañarse. Aqui en Jávea es complicado porque no está permitido el acceso de perros a las playas. En la desembocadura del rio Gorgos. (Lunes 17).
El baño terminado. Luego volvimos casa a por Ana para ir al Arenal. La pobre Lola se quedó, despues, sola en la terraza de casa.
Ana en su paseo habitual en el Arenal.
El martes 18 estuvimos toda la mañana en la Granadella, casi cuatro horas.
Haciendo de foca.
Las cuevas en la ladera.
Ana y yo.
Mar muy tranquilo en la pequeña bahía.
En la playa el mar estaba como un plato.
Zodiac de alquiller para aficionados a la navegación.
Embarcaciones de alquiler para los remeros.
Un dia de suerte, poca gente en la playa. mas tarde fue acudiendo más gente.
Carretera de acceso. Al fondo el Restaurante El Sur.
Ana disfrutando del baño.
Ana haciendo un poco ejercicio de natación. Muy bueno para la espalda.
Ana y Marta en nuestro campamento.
El miercoles 19 comida en el Mezquida.
Despues de las Cocas y los Sepionets, un riqusisimo Arrós negre.
Por la tarde en el Geographic.
Lola sentada debajo de la mesa. Hasta le pusieron su cuenco de agua fresca.
Hicimos de niñera de Lola, que nunca se cansa de jugar.
El viernes, como el día estaba nublado, decidimos caminar hasta la punta del dique norte, al faro verde. Total ida y vuelta 8 km.
A la puerta de casa esperarando que baje Ana.
En el varadero del canal, muy cerca de casa.
Ana con Lola al lado de la terraza de La Esquina.
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