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martes, 15 de enero de 2013

La pintora de la luz. Bodegones

Siguiendo el trabajo sobre la pintura española actual, quiero presentar a una archiconocida artista, la monja pintora también llamada la pintora de la luz, Isabel Guerra Peñamaría

A diferencia de otro artistas presentados con anterioridad, sus trabajos (practicamente toda su obra), exposiciones, entrevistas, todo ello está publicado en Internet. Tambien ha sido reconocida de forma oficial pues ha sido distinguida con dos nombramientos por Academias de Bellas Artes. Es Académica de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis y Académica Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.

Una pequeña biografia nos indica que nació en Madrid en 1947, en una familia culta y acomodada. Hija única, desde muy joven empezó a pintar, y con quince años hizo su primera exposición demostrando su enorme talento, lo que ha corroborado con creces en los años sucesivos.

La Monja pintora junto a Velázquez en la fachada principal del Museo del Prado

Importante fue su decisión de incorporarse a la Orden Cisterciense en la que ingresó a los 23 años en el Convento del Monasterio de Santa Lucía de Zaragoza. En una entrevista declaraba que sus dos vocaciones han corrido paralelas desde la infancia, fue una niña rebelde que quiso pintar y amar a Dios. En su pintura busca "La Belleza, la Luz, la Bondad, la verdad y la Hermosura, con mayúsculas, de donde emana toda belleza entre nosorros. Cada cuadro tiene su propia historia, su vida, y en cada uno pone todo su corazón".

La opinión mayoritaria de los que contemplan su obra es la de destacar su estilo hiperrealista, su sensibilidad con temas y personajes, la ternura y la paz que transmite en sus obras, su excelente técnica y el dominio del color y de la luz. Isabel Guerra tiene un nivel comparable al de los grandes maestros, pues logra en sus obras tal realismo que muchos cuadros parecen fotografías. Llama la atención el entorno en el que pinta y lleva su vida cotidiana. Realmente consigue alternar sus dos vocaciónes, la religiosa y la pintura.

 La lectora, un ejemplo soberbio del manejo de la luz.

Ante una obra tan extensa, que imposibilita su inclusión en un único post, he optado por publicar varios, dividiendo su trabajo en distintos capítulos. Para comenzar he seleccionado los bodegones y naturalezas muertas, tema que trata con delicadeza exquisita. Seran expuestos por orden cronólogico
salvo tres de los que carezco de datos, aunque creo que son lo mas modernos, y estarán al final.

El encanto de las cosas humildes (1977)

Viña de fuego (1979)

En el hogar de todos (1983)

Ensayos de dinamismo inmovil (1983)

Las cosas saben permanecer (1985)

Que dignidad ser trigo (1985)

Tambien las cosas tienen su secreto (1985)

Preparas tu mesa ante mi (1987)

En ti la fuente de la sabiduría (1987)

Agua de vida beberá el sediento (1989)

Está en los humildes detalles (1989)

Trigo puro de tu amor sin límtes, sustancia nuestro ser (1989)

El resplandor de su invisble presencia (1991)

Los que esperan en su misericordia, recibiran sus bienes (1991)

Misterio de su huella en cada cosa (1991)

El esplendor de lo cotidiano

Elevación de la simplicidad

Tu palabra que ilumina

Una excelente muestra, plena de técnica, sensibilidad y buén gusto.


1 comentario:

  1. Sin palabras. Después de tanta balleza, arte y perfección. Quien supiera pintar.....
    María Dolores.

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