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miércoles, 16 de enero de 2013

La pintora de la luz. Primeros trabajos

Continuo en este post la exposición sobre la obra de Isabel Guerra, la pintora de la luz, que ayer inicié. En la presentación se incluia una muestra de sus bodegones. Hoy lo dedicaré a mostrar su primera obra, desde el inicio de su carrera, a la edad de doce años, en el año 1959,  hasta su ingreso en el  Covento del Monasterio Cisterciense de Santa Lucía en Zaragoza el año 1970.

Siendo niña era muy aficionada al dibujo, que practicaba asiduamente emborronando cuartillas, hasta que recibió un regalo maravilloso, según cuenta, cuando cumplió los doce años. Una caja de pinturas al oleo. A partir de ese momento se dedica casi exclusivamente a la pintura. En la colección de obras que mostraré, hay algunas del año 1962, cuando tenía quince años. Ese mismo año se produjo su primera exposición.

En varias entrevistas ha relatado que pasó muchas horas estudiando a los pintores clásicos en el Museo del Prado. ¡A fe que aprendió!.

Logicamente su obra inicial esta algo desilvanada, cambiando  de tema con frecuencia, pero su técnica es excelente. Al igual que tuvo que retrasar su dedicación a Dios hasta los 23 años, igualmente su pintura fue madurando,  hasta llegar a la plenitud una vez instalada en el convento y respirando la serenida y la quietud que debe reinar en ese recinto, y una vez superadas sus dudas sobre la posiblidad de compaginar su dedicación religiosa y la pintura. Su arte no ha parado de crecer y crecer para convertirse en uno de nuestros máximos exponentes de la pintura actual española.

Tiempo habrá de comentar la parte de su obra que me entusiama, los cuadros de personajes anóninos, compañeras del convento y jovenes familiares de las  mismas, que rezuman ternura y paz, realizando trabajos o sencillamte reflexionado. ¿A quién no le gustaría pasar unos dias en un convento de clausura?. A ser posible con voto de silencio y sin TV.

Una serie de obras expuestas por ordén cronológico, comenzando con su madre, como hariamos todos, familares, paisajes, parajes conocidos de ciudades, niños, personajes típicos,  y un par de obras de carácter religioso, que denotaban su fuerte vocación. Como podreis ver, un poco de todo, como en la viña del Señor.

 Primer retrato de mi madre (1961)

 Adoratrices (1962)

 Esgrimista (1962)

 Segundo retrato de mi madre (1962)

 Marinero vasco (1965)

 Rambla de las Flores, Barcelona (1965)

 Casa de Campo, Madrid (1966)

 Descanso en la faena (1966)

 Descendimiento de Cristo (1966)

 Doña Mercedes Sierre de Guerra (1966)
 El rio (1966)

 Romería (1966)

 Gente de campo (1966)

 Autorretrato (1967)

 El baño (1967)

 Niños en la playa (1967)

 Place Blanche (1967)

 Salamanca (1967)

 Mi madre (1968)


 Cabeza de campesina (1969)

 Jardines de Aranjuez (1969)

 Recolección de remolacha en Andújar (1969)

 Santillana del Mar (1969)

 Paisaje de otoño (1970)

 Paisaje (1970)

Regatas en Arenys de Mar (1970)

Autorretrato (1970)

Una magnífica colección, que cierro con una fotografía del último día antes de ingresar en el Convento del Monaterio de Santa Lucía, en la que aparece acompañada por su padre.

Último día.

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