Páginas

viernes, 11 de enero de 2013

Soneto a Cristo crucificado

El Soneto a Cristo crucificado, también conocido por su verso inicial «No me mueve, mi Dios, para quererte», es una de las joyas de la poesía mística española, uno de los poemas más hermosos que se hayan escrito en lengua castellana en todos los tiempos. De autor anónimo, aunque se atribuye con gran fundamento al escritor Juan de Ávila, otros lo atribuyen a Miguel de Guevara, a Santa Teresa de Jesús, o a Lope de Vega.

El poema contiene una declaración de amor a Jesucristo, con una fe sin concesiones ni tibiezas, expresando magistralmente la condición humana del Hijo de Dios.

Desde el punto de vista literario es una obra maestra de la poesia, escrito en forma de soneto (Catorce versos endecasílabos, dos cuartetos o servenrtesios y dos tercetos). El soneto apareció por primera vez impreso en la obra titulada Vida del Espíritu (Madrid, 1628), del doctor madrileño Antonio de Rojas.

La Poesia, que fue incluida por Marcelino Menéndez y Pelayo en su obra Las Cien Mejores Poesías de la Lengüa Castellana, está considerada como texto modélico en todas las antologías líricas de nuestra lengua.

Me hubiera gustado disponer de la grabación de algún actor bueno. Sería maravilloso oir a Francisco Valladares recitarlo, pero no he encontrado nada en la red. Asi que recurriré a un video de Youtube, en el que la cantante Ximena Gray interpreta, con buen gusto, el soneto. Las imágenes que acompañan en el video corresponden  a una de las péliculas sobre  la Pasión de Cristo..



Soneto a Cristo crucificado

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

¡Tú me mueves, Señor!  Muéveme el verte       
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme en fin, tu amor, y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,      
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera
.

Posteo como cierre unas cuantas imágenes de obras pictóricas sobre el Cristo crucificado. Entre los cientos de obras disponibles he elegido entre aquellas en las  que figura el Cristo solo, sin más personajes, y de estilo clásico, sobre todo del Siglo de Oro, terminando con el Cristo de Dalí, ¡Impresionante!. Hay otros autores actuales y modernos, pero no despiertan el más mínimo sentido religioso

 Domenikos Theotocopoulos "El Greco" (1590)

Peter Paul Rubens (1620)

Anton van Dyck (1622)

Francisco Zurbarán (1627)

Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (1931)

Alonso Cano (1660)

Bartolome Esteban Murillo (1677)

Francisco de Goya (1780)

 Salvador Dalí (1951)

Todos son excepcionales, pero si he de elegir, prefiero la serenidad del Cristo de San Plácido de Velázquez y la modernidad de Dalí con su Cristo de San Juan de la Cruz.




No hay comentarios:

Publicar un comentario