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viernes, 1 de febrero de 2013

La pintora de la luz. Final

En este último post dedicado a Isabel Guerra, expondré sus trabajos del año 1991, año en que publicó su libro, El libro de la paz interior, en el que dió a conocer su obra hasta esa fecha,  y otra serie de pinturas que creo pertenecen a fecha posterior, aunque esto es pura conjetura.

Puesto que todos casi todos su trabajos se venden con rapidez, y  a particulares, la única manera de seguir su obra es a través de los catálogos de las exposiciones (Zaragoza 2000, Madrid 2004, y no dispomgo de más referencias), o por la edición de un nuevo libro que recoja  desde el 1991 en adelante. Me encantaría poder echar un vistazo a los catálogos de sus últimas exposiciones. Para disfrutar de sus nuevas obras y para completar la información. Si alguién fuera tan amable ....

 A la aurora he de despertar (1991)

Descansa tu esplendor sobre nosotros (1991)
 
En la paz de su invisible presencia (1991)

En mi pequeñez pone sus ojos (1991)

En tu fidelidad se apoya mi esperanza (1991)

Enséñame tus caminos (1991)

Envíame tu luz y tu verdad (1991)

 La belleza reside en mi interior (1991)

 Mi ofrenda en tu presencia (1991)

Sostiene a los humildes (1991)

 Su dulzura con nosotros (1991)

Su presencia es mi fuerza (1991)

Te cubrirá con su luz (1991)

Ahora continuó con la obras sin datar, que denotan un cambio sustancial en la composición. El foco acerca a los personajes, dándole una gran importancia a la expresión. Mi opinión es que la pintora ha ido mejorando su tecnica y en la presentación de temas. ¡Es perfecta!.

A ti levanto mis ojos

 Abierta a tu misterio

Alégrate, él está conmigo

 Confío en tu palabra

 Descubriendo la luz de tu presencia

Ilumina mi noche con tu presencia

 Imagen para el sosiego

La lectora

 La mirada interior

Luz interior

 Por tu palabra viviré en la claridad

 Saciará la sed de los humildes

Saciará su gran sed siempre sentida

Sin otra luz ni guia sino la que el corazón ardía

Sobre ti amanecerá la luz

Trabajando en la paz

 Tu me sondeas y me conoces

Ven en ayuda de mi soledad

Y el almendro floreció

¡Todos impresionantes. y este último que representa la muerte de Santa Teresa de Jesús es una maravilla!.

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