Comienza julio, y por fin, el verano, mi estación preferida. Después de mis doce años en Tenerife no puedo soportar el frio ni el mal tiempo, me pone de mal humor. Por tanto, para celebrarlo, dedicaré el post a una obra romántica y nostálgica de Chopin, que tiene un efecto balsámico sobre el alma. El Nocturno Op.9 Nº 2 en Mi Bemol Mayor, una de las obras musicales mas oidas e interpretadas.
Fryderyk Chopin (1810-1849)
De la biografia del artista solo mencionar su origen, hijo de un maestro francés emigrado a Polonia, nacido en el año 1810, su carácter de niño prodigio, su relación amorosa con George Sand, su paupérrima salud y la tuberculosis que acabó con su vida a los 39 años, el 17 de octubre de 1849 cuando vivía en Paris.
La obra elegida, y todos sus Nocturnos, ha sido interpretada por todos los pianistas, y creo debe ser obligatoria su ejecución en las carreras de piano de cualquier conservario del mundo. Requiere buena téncia y mejor sensibilidad,
En YouTube se pueden encontrar versiones de todos los grandes pianistas: Rubinstein, Rachmaninov, Pollini, Baremboim, Achucarro, Stern, Horowitz, Ashkenazy, etc., pero son grabaciones de audio sin imágenes de la interprteación.
Se me ha ocurrido ofrecer interpretaciones en directo de cuatro músicos: la primera por la pianista ucraniana Valentina Lisitsa, la segunda por el violinista norteamericano Colin Jacobsen, la tercera por el guitarrista danés Kaare Norge, y la última por la guitarra eléctrica del italiano Marco Devito.
Podreis apreciar la calidad musical, excelente en cualquiera de las tres primera. De la cuarta no quiero ser muy crítico, pero como dicen en mi tierra es sacar los pies del tiesto, no tiene el mínimo sentido. Una sensación parecida se siente al contemplar la versión de las Meninas de Picasso. Cuanto menos una falta de respeto ... Pero los artistas, ya se sabe ....
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