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sábado, 14 de abril de 2012

Mi madre

Patrocinio Chamizo Quirós, nacida en Ciudad Real, de padres extremeños, mi madre. Vino al mundo un 14 de abril del año 1920, el mismo día que años mas tarde se proclamó la nefasta República, asi que hoy cumpliría 92 años. Demasiados 



La mayor de 6 hermanos, muy joven tuvo que afrontar la enfermedad de su madre, mi abuela Fernanda, y hacerse cargo de la casa y de sus hermanos. Durante la Guerra Civil, en el año 1937 se casó, y Adela, mi hermana mayor, nació en 1940. Después, 6 hijos más. Demasiados.

Trabajó y trabajó, por sus hijos y su marido, y fué agotándose. Después, la herencia genética hizo el resto. Un dia 27 de junio de 1987, falleció. Una angina de pecho, como a su padre, mi abuelo Inocente, se la llevó para siempre.

Entonces yo vivía en Tenerife. Mi padre me llamó de madrugada, y me contó lo sucedido. Salí de inmediato hasta el Aeropuerto Sur. A las 6 y media de la mañana estaba allí. Pero el primer vuelo estaba completo. En esos momentos es cuando uno se da cuenta exacta de lo que significa la insularidad. Sin poder contener el llanto, imploré al personal de Ibería, que me miraban consternados. Me dijerón que se podía producir alguna vacante, y me pusieron el primero en las lista de espera. Incluso, una azafata, creo que para consolarme, me indicó que el comandante podría autorizar el uso del trasportin de las azafatas. Gracias a Dios, pude volar. Unos sobrinos me recogieron en el aeropuerto de Barajas, Fuimos a un comercio a comprar una corbata de luto, y partimos hacia Alcazar de San Juan. A las 12 de la mañana llegamos a mi casa.

Entonces no había tanatorios, mi padre, mis hermanos y otros familiares estaban atendiendo a los vecinos y amigos que habían venido a acompañarnos. Mi padre me llevó al saloncito, enfrente del despacho. Allí estaba mi madre, muy palida, muy fria, como marmol. Apollé mi mejilla en la suya, y ahogado en llanto, permanecí quieto, inmovil, sintiendo un quemazón en la cara. No se cuanto tiempo estuve asi. Al final me retirarón y me senté en una silla, como mareado, no quería admitir lo sucedido.

Dias mas tarde lo comprendí, y acepté. Mi madre ya no estaba. En los últimos años, viviendo en Canarias, la habia visto muy poco. ¡Demasiado poco!.

¡Felicidades Mamá!.



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