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domingo, 5 de agosto de 2012

Tres dias en Marrakech. Llegada


Como regalo de Reyes  en el año de 2007, Elena y Marta nos reservaron vuelo  y alojamiento para un viaje de tres días a Marrakech.

Elena había seleccionado en internet un riad en la Medina de Marrakech, llamado Casa Lalla en la calle Riad Zitoun Lakdime 16 Derb Jamaa, a cinco minutos de la famosa Plaza de Djemaa el Fna, y utilizando el correo electrónico y hablando telefónicamente con la propietaria, Annabelle, hizo la reserva a nuestro nombre.

El jueves, 8 de febrero, Ana y yo volamos a media tarde hacía Marrakech, a la que llegamos alrededor de las 21:00 horas. Un hombre joven, muy alto y con buena pinta llevaba un cartelito de Casa Lalla. Nos acercamos  a el junto a  otras dos parejas, dos matrimonios mas jóvenes, y, en un perfecto español nos indicó que tenía dos automóviles preparados para llevarnos al riad. Estuvimos esperando un rato para recoger el equipaje de los otros matrimonios, que lo habían facturado

Del Aeropuerto de Menara a Marrakech hay solo 6 km, pero en la Medina hay numerosas callejuelas que no permiten la circulación de vehículos por su estrechez. Tal era el caso para llegar a Casa Lalla. Asi que los vehículos llegaron en un momento a la ciudad, se internaron en la Medina y pararon en una calle con un pequeña plazoleta, el resto teníamos que hacerlo caminando con los equipajes.

 Puesta de sol en Marrakech.

Ya había anochecido, y la iluminación por esas callejuelas era bastante escasa. Todos seguíamos al taxista que había cogido las dos maletas mas pesadas. Por las callejuelas nos encontramos con grupos de jóvenes que charlaban mientras fumaban, apoyándose en los paredes de los edificios, casas de una o dos alturas de aspecto lúgubre. Con la  tenue luz de los pequeños faroles y el humo de los cigarrillos el panorama era sombrío, daba la sensación de que el taxista nos llevaba a una encerrona y todos nos mirábamos con preocupación. Pero antes de que nos asustáramos del todo llegamos a Casa Lalla.
Nos estaban esperando, asi que ocupamos nuestras habitaciones y dejamos el equipaje y salimos a preguntar donde podíamos tomar algo y nos indicaron  que podíamos llegar en un  momento a la Plaza de Djemaa el Fna, donde habría bares y cafeterías abiertas. 

Con respecto  a nuestra preocupación por la falta de iluminación y la seguridad de esas calles, nos tranquilizaron con un magnífico argumento. De cada grupo de personas que viéramos por las calles, una de cada tres personas era policía. También nos advirtieron que en todo el recinto de la Medina estaba prohibida la venta de alcohol. La alternativa; zumos de fruta, tés morunos, y bebidas refrescantes, Coca Cola y similar.

Ana y yo nos armamos de valor y nos fuimos solos a dar un paseo a la famosa plaza. Hay que reconocer  que el ambiente por esas callejas era sobrecogedor, luego, en los días siguientes, te vas acostumbrando, y puedes pasear. con absoluta tranquilidad.

Despues de tomarnos unos pinchos morunos, con té, nos dimos un paseo por la plaza. ¡Espectacular!. Pasadas la 23:30 h. volvimos al riad  a descansar para los tres días que se nos avecinaban.

De cada uno de los días haré un post, pues hay muchas fotografías y cosas que contar. Hoy termino publicando unas fotos del Casa Lalla, dándole las gracias a su propietarios, una pareja francesa, Pierre-Olivier, que era arquitecto y se dedicaba a restaurar riads, y su esposa Annabelle. Ambos fueron muy amables con nosotros, haciendo nuestra estancia muy agradable.

 Ana junto a la puerta de Casa Lalla

Patio central. donde se serviá el desayuno.

 Detalle decorativo.

Patio central y pasillo al fondo con las habitaciones de planta Baja. De espaldas uno de los que viajaron con nosotros

Casa Lalla tiene ocho habitaciones. Tres en la planta baja y cinco en el pìso superior. Cada una tiene un nombre. La nuestra se llamaba Songe d'une nuit d'Eté


Otra vista del patio central desde el salón de juegos.

Ana en el pasillo que circunvala la planta primera.

Otra vista de la primera planta.

Terraza con pérgolas y sillones para relajarse.
Ahora han añadido un jacuzzi.


 Vista de la planta primera desde el bajo.

Nuestro dormitorio. Un pequeño saloncito en el bajo. El cuarto de baño y armarios.


Cuarto de baño.

Nuestro dormitorio, en un altillo.

Ana revisando las instalaciones.

Ventana desde el saloncito al patio central.

Y para terminar vista de la Koutubia iluminada, poco antes de volver a dormir..


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