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sábado, 27 de octubre de 2012

Escapada a Jávea


El mes de octubre ha estado dedicado a la medicina. Tanto Ana como yo teníamos programados una batería de análisis, pruebas y consultas, con el objetivo de comprobar la evolución de nuestros males, achaques, etc. Yo diría que los propios de la edad, pero hay que reconocer que el Servicio de la Salud en España hoy día es bastante bueno y los profesionales de la misma insisten e insisten.

Una vez terminado el trajín aún nos quedaba unos días de permanencia en Majadahonda antes de viajar a Jávea, pero la necesidad de presentar unos papeles en el Ayuntamiento nos ha obligado a adelantar el viaje. Asi que, de forma anticipada, nos preparamos y el pasado jueves 25, partimos rumbo a Jávea.


A las 7:00 de la mañana salimos de casa y antes de las 7:20 estabámos en la A3. Escaso tráfico, todavía de noche, y cuando empezó a clarear ya íbamos por Tarancón. Como casi siempre paramos en la Venta del Moro, en el Km. 266, y justo entonces empezó a llover. Unos minutos de parada para estirar las piernas e ir a los aseos y de nuevo en marcha. Pasado Requena ya no llovía y en la bajada hacía Valencia adelantamos unos pocos camiones y alcanzamos la A7. El tiempo iba abriendo y cuando llegamos a casa, a las 11:30, estaba bastante despejado, y la temperatura era de 22 grados.


Después la rutina de siempre, subir el equipaje, montar el apartamento y Ana se acercó a Xe Remigio a comprar algo. Esta vez todo fue más rápido. Solo hacía un mes que volvimos a Majadahonda y todo estaba en orden. El aperitivo, la comida, la siesta. Mientras Ana veía las series de la tele. Luego estuve instalando el ordenador y sin darnos cuenta se paso la tarde.


Ayer, viernes, el día amaneció mejor, bastante despejado. Después de desayunar fuimos a Mercadona y luego subimos al mercado del pueblo a buscar gamba roja. Hubo suerte y la encontramos y también palayas.


 Haciendo tiempo para comer.

 Ana entera,  con las piernas incluidas.

 El mar como un plato. Al fondo el cabo Prior.

 El Palmeral del Parador de Jávea.

 Había más gente en la zona sur de la playa del Arenal

En la revista de Casas & Villas de octubre que Ana había traído la tarde anterior venía publicidad de varios restaurantes. En concreto nos pareció interesante la oferta de menús del Restaurante La Bohême del Arenal, así que a mediodía nos fuimos a comer. Todo transcurrió de forma perfecta. Sol, 23 grados de temperatura, algunos disfrutando en la playa, y el restaurante lleno.

El Menú de esta semana en el Restaurante La Bohême.
El sorbete casero de Fruta Roja y Mojito. ¡Riquisimo!,

 Ana que siempre se pide mirando al mar.

 Los comensales.

A mi siempre me toca de espaldas al mar.


El noventa por ciento extranjeros, y de edad avanzada, jubilados. Ana decía que éramos los únicos españoles y los más jóvenes. Comimos en una ambiente bastante agradable y luego estuvimos paseando disfrutando del sol. Después vuelta a casa, y de nuevo para mi la siesta.
 
 Un pequeño paseito para facilita la digestión.

 Los amarres del canal de la Fontana.

Llegando a casa junto al canal.

Por la tarde estuve oyendo música y se me ocurrió hacer el post de Craig David. Ana habló con Marta y me dijo que la notaba un poco triste y aburrida. Está deseando que vuelva Antuan de México. Pero ya no queda nada hasta su regreso el dia 1.

Ana preparó para cenar unos calamares de la bahía, a la plancha, y una buena ración de gamba roja cocida en su punto, con unas copas de Finca la Colina. ¡Todo espléndido!. Luego vimos la tele un rato tomando una copa de cava y pasada la una nos fuimos a dormir.

Hoy el día ha amanecido un poco mas cubierto, pero la temperatura mínima por la noche no ha bajado de los 16 grados. Después de los excesos de ayer era preceptivo hacer un poco ejercicio. A las 10 de la mañana hemos salido para caminar por uno de nuestros circuitos favoritos. Ida y vuelta hasta la punta del dique norte, 8 kilómetros en total. A medida que avanzaba la mañana se ha ido despejando, y a la vuelta, por el Arenal, ya estaba casi despejado. ¡Un delicia de paseo!.

 El Montgó, luchando con las nubes.

 El cabo de San Antonio desde el extremo del dique norte.

 Camino de vuelta por el paseo marítimo. El cielo abriendo.

 Tengo que hacer más ejercicio.

 Cruce con la Avinguda de la Fontana. A fondo el Parador de Jávea.

Ahora estoy enzarzado con este post, y luego a las ocho nos iremos al Geographic a tomar unas cervezas. La cena será en casa, tenemos que consumir la gamba roja.


¡Todavía nos queda hasta el día 3 para disfrutar de esta escapada a Jávea!

1 comentario:

  1. Que bien! Así me gusta disfrutando de Javea a tope.
    A ver si vienes en forma.
    Ekena

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